19 ago 2009

El affaire Papel Prensa

Por Eduardo Blaustein


Existe la historia consabida del proceso histórico y económico que convirtió al grupo Clarín en un holding temible por su poder de fuego y su capacidad de intervención en la agenda de discusión pública.
Existió en estos días la penúltima maniobra feroz: golpear las puertas de la embajada de los Estados Unidos como presión para la defensa del grupo, en parte transnacionalizado.

Pero es aún más extraordinaria la historia de un diario que supo irradiar, hasta los inicios del último ciclo democrático, su ideario original desarrollista. Por ese ideario, el viejo Clarín llegó a cuestionar las políticas económicas de Martínez de Hoz. Pasaron los años. Merced a los beneficios recibidos primero en dictadura y luego a través de las privatizaciones de medios del menemismo que lo favorecieron, el diario se convirtió en líder de los grupos empresarios más poderosos del país.

Hoy publica los comunicados opositores de la Asociación Empresaria Argentina como si la AEA fuera un actor ajeno al grupo, siendo que Héctor Magnetto es uno de los vicepresidentes.
Entre el viejo pasado desarrollista y la actualidad quedan cantidad de historias medio olvidadas. Ejemplo: los valiosos artículos publicados por el recientemente fallecido Oscar Raúl Cardoso en los últimos años de la dictadura, amplificando las denuncias venidas desde el exterior sobre violación de los derechos humanos.

Otro recuerdo, una editorial firmada por Ernestina Herrera de Noble el 1º de julio de 1982, tras Malvinas. Se venía la democracia y la dueña del diario alertaba: “No nos conforma la idea de unas Fuerzas Armadas políticamente rechazadas y refugiadas en la especificidad de sus tareas… Las Fuerzas Armadas son necesarias para sostener esa batalla contra el statu quo aparentemente incruenta, pero en realidad tan ardua como cualquier otra de la guerra convencional”.
Hay otro capítulo particularmente impresionante en tiempos del general Videla: la asociación junto a los diarios La Nación y La Razón con el Estado en la compra de Papel Prensa a cambio de favores, de silencios. Es un dato conocido. Pero lo es menos la maravillosa, grotesca portada, que dedicó Clarín el 19 de mayo de 1977 para defenderse de las acusaciones que recibió en aquellos años por aquella asociación.


Pese a las mordazas omnipresentes, La Prensa pataleó a lo pavo en lo que constituyó un raro capítulo de disputas interempresarias con parejo fondo de horror. Aquella tapa de Clarín fue sensacional: seguramente el único caso en 200 años de historia de la prensa gráfica mundial en que un diario mandó como despliegue principal el texto de una solicitada sobre sí mismo, con el título A LA OPINIÓN PÚBLICA.

Arrinconados a la izquierda de la pantalla, tres títulos en una sola columna vertical: Reunión de la Junta Militar, Objeciones brasileñas sobre Itaipú, Cuello pelea. En cuanto a la solicitada sobre el affaire Papel Prensa (tema que investigó en su momento la Justicia hasta el olvido final), tras toneladas de tipografía diminuta, el documento terminaba diciendo: “Como surge de todo lo expuesto, la transacción se celebró a la luz pública y con el consentimiento previo y posterior del Estado a través de la más alta expresión de su voluntad, que consta en acta de la Junta Militar”.

La Junta del Estado terrorista. De aquellas oscuridades a las luces de los ’90. Y de allí, a la búsqueda de auxilio en la embajada.

No hay comentarios: