Por Cecilia Yapur
El 24,2 por ciento de las muertes maternas ocurridas en 2007 tuvieron como causante común un aborto mal practicado, situación que afectó a seis mujeres por mes, mientras que otras 80 mil lograron salir de internaciones en establecimientos públicos tras haberse inducido un aborto.
Los datos, que se desprenden del último informe de Indicadores Básicos elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación, da cuenta de una problemática que, lejos de desaparecer, se agudiza con el correr de los años, por lo que requiriría de una respuesta profunda e integral por parte de las autoridades públicas. Así lo considera la oficial del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Eleonor Faur, al tiempo que subraya que las inequidades y desigualdades en materia de salud sexual y reproductiva se pronuncian entre las mujeres argentinas del NOA y NEA, particularmente.
‘Si bien la principal causa de muerte, con el 26 por ciento, son las relacionadas con complicaciones indirectas del parto, el aborto roza esa cifra y no es para nada alentador su panorama‘, sostiene Faur.
Para la socióloga, esta práctica ‘es muy compleja‘ porque, por un lado, ‘no existe un sistema de salud que las contenga y respete en su decisión‘ y, por otro, ‘el acceso a información sobre métodos de prevención es un déficit en todos los sectores sociales, pero se pronuncia entre las mujeres más pobres del país‘. ¿Diferencias culturales o acceso a derechos? Se preguntó la oficial de esa agencia de la ONU durante su ponencia en la Feria Mundial Municipios y Salud, organizada por la cartera sanitaria nacional.
Las dificultades para el acceso a la información, a la educación, a un empleo y a recursos pesan a la hora de elegir tener o no un hijo, con qué periodicidad, qué métodos anticonceptivos utilizar, y atenderse durante el embarazo, enumeró. ‘No sólo las cuestiones culturales imprimen un poder sobre la decisión de las mujeres. M
uy particularmente la falta de recursos y la vulneración de los derechos a las que son víctimas los sectores más pobres juegan en contra en todos los aspectos de su vida, entre ellos la salud sexual y reproductiva‘, opinó Faur. La experta graficó las disparidades y las inequidades en ese aspecto de las jejas de hogar según el lugar donde vivan.
En base a distintas estadísticas oficiales y estudios privados, comentó que mientras en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y el conurbano bonaerense el promedio de hijos por mujer es entre 1,8 y 2,3, en Misiones, Catamarca, Formosa, Salta y Jujuy es casi el doble: más de 3 hijos por madre. Otro indicador para medir esa diferencia es la tasa de bebés nacidos de adolescentes: 62 por cada cien mil chicas menores de 20 años es la cifra del promedio nacional y 32 en la ciudad de Buenos Aires. Pero en Chaco, Misiones y Catamarca, por ejemplo, el dato triplica al porteño: 101,1; 100,4; y 95,3 nacimientos por cada cien mil jóvenes de entre 15 y 19 años, respectivamente.
Así, mientras la tasa de fecundidad adolescente en las provincia de Buenos Aires, Córdoba y Tierra del Fuego es 60 por mil, en Chaco, Formosa, Misiones, Santa Cruz y Santiago del Estero es superior al 80 por mil. A la hora de indagar sobre el uso del preservativo, la media nacional es bastante más alta que el promedio regional -destacó Faur- con casi el 70 por ciento de las chicas menores de 20 años sexualmente activas que han usado alguna vez ese método anticonceptivo.
Sin embargo, si se les consulta cuántas técnicas de anticoncepción conocen, el 61 por cierto de las adolescentes de clase media es capaz de nombrar 3 o 4, mientras que apenas la mitad (35 por ciento) de sus pares de los estratos más bajos puede hacerlo.
Igual de importante para revelar la desigualdad en la salud sexual reproductiva es conocer la frecuencia con que se realizan chequeos médicos durante el embarazo las mujeres. El 11 por ciento de las embarazadas a nivel país ha tenido menos de cinco controles prenatales, pero se eleva al 20 por ciento si el ocular reposa entre las poblaciones indigentes. La falta de oportunidades a la educación es uno de los factores que perpetúa tal vulneración, según la socióloga argentina.
Las estadísticas de una investigación de 2006 reveló que a mayor nivel educativo, mayor uso de métodos anticonceptivos. Cuando no más del 51 por ciento de las adolescentes con hasta primera completa utiliza preservativos, entre las que tienen el secundario terminado la cifra se eleva al 71 por ciento. ‘Hay un importante esfuerzo legislativo y de las provincias en esta lucha que debe ser incesante, pero la realidad es que todavía falta mucho que mejorar en la gestión si queremos lograr el pleno goce por parte de todas las argentinas de sus derechos sexuales y reproductivos, que son derechos humanos y cuya mortalidad materna, con el aborto el tope de la lista de las causas, es la muestra más clara de tal vulneración‘.
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