12 mar 2009

"Pio XII, Pablo VI y Juan Pablo II eran muy aficionados a las conspiraciones"

Entrevista a Eric Frattini
Por Pedro Agüero D.



El Gen Periodístico entrevistó al prestigioso investigador español sobre asuntos vaticanos y servicios de inteligencia Eric Frattini, quien nos cuenta sobre sus comienzos en la investigación y pormenores de los servicios secretos. Sus obras tales como “Secretos Vaticanos”, “Los espías del Papa”, “”CIA: Joyas de Familia”, entre otras han cautivado a miles de lectores.
Eric Frattini es ensayista, periodista, guionista de televisión y novelista español. Ha dirigido diversos documentales para Televisión Española, Tele 5, Antena 3 TV y Canal Historia. Fue profesor en la Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid y Profesor de Investigación Periodística en la Universidad Camilo Jose Cela de Madrid.


¿Cuándo comenzó tu inquietud por las cuestiones vaticanas?

E.F - La editorial Espasa Calpe, tras el éxito de mi libro sobre la Mafia, me encargó la redacción de un libro en donde relatase la historia oculta de la CIA. Me puse en contacto con el Departamento de Asuntos Públicos de la CIA en Langley (Virginia), viajé hasta allí y comencé a leer documentos históricos desclasificados gracias a la llamada ‘Acta de Libertad de Información’, recogida en la Constitución de los Estados Unidos. Allí dediqué unas tres semanas a recopilar documentos de operaciones que violaban la propia Acta de Seguridad Nacional de 1947, y que suponía la creación de la CIA. Asesinatos de líderes políticos ordenados por Eisenhower y Nixon; pinchazos telefónicos a periodistas ordenados por los Kennedy; un asalto al cuartel general demócrata en el edificio Watergate ordenado por Nixon; un programa selectivo de asesinatos de líderes del Vietnam del Norte y del Sur, ordenado por Johnson y un sin fin más de operaciones ilegales. De repente, leyendo un documento de 1984, durante la era Reagan apareció en mis manos un documento de tan sólo 11 páginas dedicadas a los servicios de inteligencia del Estado Vaticano, conocido como ‘La Entidad’. Me hice miles de preguntas que al final me llevaron a desechar escribir sobre la CIA y ponerme a investigar sobre la misteriosa ‘Entidad’ vaticana. El documento en cuestión relataba las relaciones de la ‘Entidad’ bajo el pontificado de Juan Pablo II y la CIA, bajo el control del presidente Ronald Reagan, William Casey y Vernon Walters. En el documento se hablaban de operaciones encubiertas conjuntas con relación a la Polonia bajo control comunista y bajo el gobierno del general Jaruzelski.

¿Cuál es el servicio secreto más completo en la actualidad? ¿Por qué?

E.F – Para mi hay tres que destacaría. La CIA, por su presupuesto. El Mossad israelí por su efectividad y la Entidad vaticana por su red de informadores montada hace 2008 años. En cada pueblo hay un religioso y en cada religioso, un informador de la Entidad. Existen dos dichos en el Vaticano sobre su servicio secreto que dicen: “Del Amazonas a la sede de la ONU” y “Para el Vaticano, todo lo que no es sagrado, es secreto” y tienen razón ambas frases. Yo creo que los tres servicios de inteligencia, al que uniría el MI6 británico, formarían el perfecto servicio de inteligencia.

En tu libro “Los espías del Papa” haces un reconto sobre los agentes secretos de los diferentes Papas que tuvo la iglesia Católica. Durante tu investigación: ¿Que cuestión o hecho te llamó la atención? y ¿Por qué?

E.F – Yo creo que la operación que más me llamó la atención fue la llamada operación ‘Pez Volador’. Esta consistió en la intermediación de los servicios secretos vaticanos para conseguir misiles Exocet de fabricación francesa a los militares argentinos, durante la contienda de las Malvinas, en 1982. Juan Pablo II tenía muy buenas relaciones con la Junta Militar y en especial con Leopoldo Galtieri. La Entidad de Juan Pablo II, al mando de monseñor Luigi Poggi, consiguió intermediar en la adquisición de dos misiles Exocet. Argentina pagó los misiles a una sociedad con sede en Panamá, llamada Bellatrix. Conseguí un documento en el que el IOR, el Banco Vaticano, declaraba tener el control de la sociedad Bellatrix de Panamá. El dinero de los misiles se utilizó después para financiar al sindicato Solidaridad de Lech Walesa, con la autorización de la CIA. También me llamó la atención la operación ‘Convento’ o ‘Pasillo Vaticano’ en donde el Vaticano a través de organizaciones de la Santa Sede ayudó a escapar a criminales de guerra nazis y croatas hacia Argentina, Bolivia, Chile y Paraguay desde la Europa de posguerra.

¿En qué materiales o documentos te basaste para desarrollar tu trabajo?

E.F - La investigación fue lo más duro de ‘La Santa Alianza’ y ‘Los Espías del Papa’, pero también lo más divertido. La documentación para estos dos libros estaba dispersa por 28 archivos históricos: el de la propia CIA, el del Museo de Historia Judía de Alemania; el Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia; El Archivo Central del Estado en Roma; el Archivo del Instituto Histórico Italo-Alemán en Trento; el Archivo de la Academia Eclesiástica de San Pietro en Nápoles; el Archivo Histórico de Malta; el Archivo Trentino; los Archivos de la Comisión de Esclarecimiento de las Actividades Nazis en Argentina en Buenos Aires; el Archivo Histórico de la Sociedad de Jesús en Roma; El Archivo Histórico Católico de Washington; el Instituto para la Investigación de Crímenes de Guerra Nazis en Haifa, Israel; el Public Record Office de Londres; los Archivos Nacionales de Irlanda en Dublín; o los archivos de las universidades de Westfalia y de Cracovia, entre otros. Documentar ‘La Santa Alianza’ y ‘Los Espías del Papa’ fue mucho más problemático que el que escribí sobre la Mafia, principalmente porque iba a poner al descubierto la historia de los servicios de inteligencia del Vaticano y a mucha gente no le iba a gustar. En la redacción del libro tardé casi dos años. La verdad es que acabé exhausto psíquicamente. Fue un trabajo demoledor para mí.

¿Tuviste facilidades de accesos a los documentos para afrontar tu trabajo?

E.F – Si, en lo que respecta a archivos extranjeros. No, en lo que respecta al Vaticano. En la Santa Sede no existe una ley de desclasificación de documentos, así es que por lo tanto, los investigadores no podemos acceder a sus archivos. Piensa que el Estado Vaticano es uno de los más herméticos del mundo, aunque ellos digan lo contrario. Esto en parte es debido a un historiador llamado John Cornwell. El Vaticano permitió la entrada de Cornwell para que redactase una biografía amable de Pío XII. Lo que Cornwell descubrió en los Archivos Vaticanos le llevó a escribir un libro titulado ‘El Papa de Hitler’. Desde ese mismo momento ningún escritor entra en los Archivos del Vaticano.

¿Recibiste presiones?

E.F – La verdad es que las presiones llegaron después de publicar el libro desde medios de comunicación cercanos a la Iglesia. La verdad es que me importa bien poco sus críticas. Ahí está el libro de quinientas páginas y que ha sido ya editado en 16 países. En Italia ha estado catorce semanas entre los más vendidos; en Rumania está en estos días en el puesto número 1; en Polonia va por la quinta edición; y acaba de salir en Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Irlanda, Australia, Bulgaria y Brasil.
¿Cómo definirías tu trabajo?
E.F – Divertido. Diversión, esa es la base principal de una investigación. Si no te diviertes con lo que haces, con lo que investigas, no darás todo lo que hay en ti en esa misma investigación. Con pasión y diversión, tu trabajo dará frutos. Con pasión encontrarás una buena documentación. Para el libro de la Mafia, conté con mucho material gráfico de los personajes y pude describir muy bien sus rostros. También conté con transcripciones de conversaciones interceptadas por el FBI a los miembros de la mafia, así es que me fue fácil incluir conversaciones. En otro libro mío, ‘La Conjura. Matar a Lorenzo de Medici’, en donde relato como se organizó toda la conspiración para acabar con la vida de Lorenzo el Magnífico el 26 de abril de 1478, pude leer la correspondencia del propio Lorenzo de Medici y así pude saber como preparó su terrible venganza contra los que habían intentando matarle. En una sola semana liquidó a cerca de 200 personas. Era un sanguinario muy refinado amante de las artes. Las conversaciones que relato las dejó escritas el propio Lorenzo. Como ve si tiene una buena documentación, sea de lo que sea, lo que escriba, el terreno por el que se mueve es más sencillo y a la vez más divertido. Cuando doy alguna conferencia en una universidad, siempre digo a los estudiantes que antes de comenzar un trabajo deben apasionarse ante el tema que van a investigar. Si no les ocurre eso, es mejor que abandonen esa investigación.

¿Cuales de todos los papas utilizaron a sus servicios secretos con mayor frecuencia?
E.F – De los recientes, te diría que Pío XII, Pablo VI y por supuesto Juan Pablo II. Los tres eran muy aficionados a las conspiraciones y a las operaciones de espionaje.

¿Por qué el Papa Juan XXIII no le dio cabida a la acción del espionaje papal?
E.F – Porque Juan XXIII era más propenso a la diplomacia que al espionaje. Sus años como nuncio papal en países como Turquía o Francia le habían servido para demostrar que una buena taza de té con pastas era mucho mejor, que un buen espía. Él fue uno de los que contribuyó al deshielo entre Washington y Moscú, entre Kennedy y Kruschev durante la llamada ‘Crisis de los Misiles’. Lo consiguió invitando a tomar el té en el Vaticano a la hija de Kruschev. Cuando Roncalli se convierte en Juan XXIII tiene eso muy claro y por eso, ordena detener cualquier operación encubierta de la Entidad. Así estuvieron hasta que llegó Pablo VI que era muy aficionado a usar a los agentes de la Entidad. Le encantaban las operaciones encubiertas.

¿Cómo han cambiado los espías del Papa desde Pío V en el siglo XVI hasta el Luigi Poggi al servicio de Juan Pablo II?, ¿cómo ha cambiado en este tiempo la “geopolítica de la fe”?
E.F - Yo creo que en términos generales no ha cambiado mucho. Los objetivos del papa Benedicto XVI son iguales a los del papa Pío V; los objetivos de la Santa Sede son iguales a los de los Estados Pontificios; los objetivos de la Entidad de hoy, son iguales a los de la Santa Alianza de ayer. Yo creo que en general no han cambiado sus objetivos. Lo que si ha cambiado es la geopolítica de la fe, como usted dice. La Inglaterra hereje de ayer, es la China de hoy; la perdida de católicos en Alemania y Países Bajos de entonces, es el Brasil o la Filipinas de hoy; el enemigo protestante, luterano o calvinista de ayer, son hoy las sectas baptistas u otras sectas como la Cienciología; las publicaciones anticatólicas de ayer, son hoy los comentarios contrarios a la Iglesia en Wikipedia. Como ve, los enemigos de ayer son en realidad bastante parecidos a los de hoy, sólo que ahora la Entidad espía mucho, pero mata poco.

¿Cual fue la relación de Juan Pablo II y sus servicios secretos en la política internacional?
E.F - Sin duda alguna creo que Juan Pablo II ayudó a cambiar el curso de la historia. Su relación con los servicios secretos fue muy, pero que muy estrecha. Yo creo que los tres grandes vértices políticos que acabaron con el comunismo fueron Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Juan Pablo II. Entre los tres, apoyados por sus jefes de inteligencia, William Casey (CIA), Colin Figures (MI6) y el obispo, ahora cardenal, Luigi Poggi (Entidad), mantuvieron una conexión muy estrecha para acabar con el Muro de Berlín. Los tres, sabían que si caía Polonia, por la teoría del dominó caerían el resto de países del este, como así fue. Yo creo que la Entidad si ayudó a cambiar la historia. Yo siempre digo que Juan Pablo II fue uno de los peores papas de la historia, pero fue uno de los mejores jefes de Estado, de toda la historia.

En este siglo XXI, ¿Cual es la estructura de los servicios secretos del Vaticano?
E.F- Realmente no es el Papa quien da las órdenes a los agentes del servicio de inteligencia, sino la Secretaría de Estado, a través de un Prefecto, responsable máximo de la Entidad. Aunque la Entidad, es un órgano independiente como puede ser la Guardia Suiza o el Banco Vaticano, la Entidad depende de un Prefecto, quien reporta directamente al Secretario de Estado Vaticano. El Prefecto y que forma parte del Comité de Seguridad, creado por Juan Pablo II, mantiene reuniones periódicas con el Secretario de Estado para informar de problemas que puedan suceder o interferir en la política de la Santa Sede. Cada semana se entrega al Papa y al Secretario de Estado un informe de inteligencia en el que están recogidos diversos acontecimientos relacionados con seguridad.

¿Cual es la actual política vaticana y sus servicios de inteligencia?
E.F - Lo que está claro es que el pontificado de Juan Pablo II estuvo marcado por el fin del comunismo y la Guerra Fría y su cooperación con Ronald Reagan y Margaret Thatcher. El pontificado de Benedicto XVI estará marcado por el avance de las sectas, por ejemplo en Brasil y que han sustituido a la religión católica; la situación del catolicismo en China; o el fundamentalismo islámico. Esos son los grandes enemigos del Papa y por la tanto de la ‘Entidad’.

¿Qué Gobierno actual tiene relaciones extraordinarias con el Vaticano y sus servicios? ¿A que se debe?
E.F – Estados Unidos y la CIA; Gran Bretaña y el MI6 e Israel y el Mossad. Juan Pablo II dejó una línea muy clara establecida a sus sucesores en cuanto a la colaboración de la Entidad con otros servicios de inteligencia. Benedicto XVI es un heredero del anterior y por lo tanto de sus ideas políticas y forma de actuar, políticamente hablando.

¿Como definirías el siglo que pasó y que diferencias encuentras con este?
E.F – Para mí, el comienzo del nuevo siglo lo marcó el atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos. Aquellos aviones marcaron un antes y un después en muchos aspectos. Seguridad, defensa, miedo de los ciudadanos, terrorismo, inseguridad, Seguridad Nacional, recorte de libertades y derechos y un sinfín más de cuestiones. Hoy en día los ciudadanos de todo el mundo aceptamos sin protestar un recorte de nuestras libertades en defensa de una mayor seguridad. Hace poco tiempo el ministro del Interior alemán del gobierno Merkel propuso autorizar a los agentes del BND, a salir al extranjero para ‘sancionar’ a supuestos terroristas que pusiesen en peligro la seguridad de intereses alemanes; el presidente Sarkozy ha propuesto la instalación de dos mil cámaras de seguridad en todo París; el primer ministro británico Gordon Brown propuso la ampliación de 28 a 90 días sin derecho de asistencia legal a los detenidos por cuestiones terroristas y a permitir que las pruebas recogidas por el MI5 y MI6 puedan ser utilizadas en juicios. Cómo ves, esto está sucediendo en la Europa de este siglo. Ahora los ciudadanos aceptamos un recorte de nuestras libertades en defensa de la Seguridad Nacional y eso puede llegar a resultar peligroso.

Para cerrar ¿En qué temáticas estas abocado actualmente?
E.F - Tengo una propuesta de Espasa Calpe para escribir una tetralogía sobre el Vaticano. El primero fue ‘La Santa Alianza’, el segundo ‘Los Espías del Papa’. El tercero y el cuarto serán mucho más escandalosos. En uno de ellos hablo sobre documentos secretos guardados por el Vaticano para que nadie pudiese leerlos. Entre estos documentos están el redactado el 21 de enero de 1947 por el Grupo Central de Inteligencia que demuestra el apoyo del Vaticano a los criminales de guerra croatas huidos tras la Segunda Guerra Mundial; o el documento de huida de Adolf Eichmann del 1 de junio de 1948, expedido por el Vaticano; o el Decreto del 5 de febrero de 1999, del juez instructor del Vaticano sobre el caso ‘Estermann’ asegurando que en el interior de la casa del comandante de la Guardia Suiza, pudo estar la noche de su asesinato un tal Ivan Bertorello, identificado como miembro de los servicios secretos vaticanos; o el documento llamado ‘Crimine Solicitacionis’ de 1962 y de 39 páginas en el que el papa Juan XXIII da instrucciones a la Curia sobre como deben esconderse los casos de abusos sexuales de religiosos a niños; o la lista en donde se identifican a 48 sacerdotes abusadores sexuales en la diócesis de Nueva Inglaterra y que fueron trasladados a destinos cercanos a niños, una vez demostrada su culpabilidad; u otro de noviembre de 2006, que es la orden dada por Benedicto XVI prohibiendo la ordenación de sacerdotes con tendencias homosexuales. Como le digo, a mucha gente no le gustará. El cuarto libro, tratará sobre la vida privada de los Papas, desde San Pedro a Juan Pablo II. Este tampoco gustará a mucha gente.

¿Cuál es tu próximo libro que verá la luz?
E.F - Es una novela que se titula ‘El Laberinto de Agua’ y que saldrá a la venta en España, el próximo 20 de enero, editada por Espasa Calpe. El protagonista es un cardenal, August Lienart, que es muy aficionado a liquidar a enemigos de la Iglesia. Para ello utiliza a ocho sacerdotes, que cada uno mata de una forma diferente. La novela trata sobre que habría pasado si nos hubiesen contado el origen del cristianismo en una forma que no fue. ¿Qué habría pasado si el elegido por Jesucristo hubiese sido Judas y no Pedro? De eso trata mi novela y que sin duda, será bastante polémica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido amigo, muchas gracias por esta entrevista tan magnífica.

Un fuerte abrazo y mucha suerte en tu GEN PERIODISTICO

ERIC FRATTINI
www.ericfrattini.com
www.ellaberintodeagua.com