Por Oscar Sosa
Recluida en su residencia de El Calafate, Cristina Kirchner analiza por estas horas, junto a su esposo, la continuidad del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en la nueva etapa del gobierno que comenzó tras la derrota del 28 de junio.
Las deliberaciones, que incluirían un cambio de forma y fondo para el Indec y una serie de medidas económicas, se desarrollan luego de que la oposición atara el diálogo con el Gobierno a la salida del funcionario. Acompañada por el ex titular del PJ, la Presidenta analizaba los distintos escenarios ante la eventual salida de Moreno o un corrimiento de funciones.
El flamante titular del Palacio de Hacienda, Amado Boudou -que se encuentra en Mar del Plata-, también evaluaba cómo armar su equipo, ya que de él depende la Secretaría de Comercio que maneja Moreno.El plan de Boudou para cambiar el Indec incluye un cambio de nombre (es posible que lo rebautice Agencia Nacional de Estadísticas) y también de cálculo de las estadísticas. Esa será la puerta para pedir financiamiento ante el FMI, además de quitarle visibilidad a Moreno, en caso de que la Presidenta decida dejarlo en el gobierno, pero con otras tareas.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, salió ayer a respaldar la gestión de Moreno, y dijo que las políticas que lleva adelante dependen de las “instrucciones” que recibe del Gobierno nacional.
“En ningún lugar del mundo un Secretario de Estado hace lo que se le antoja. Hace lo que se le instruye. Si toma decisiones, las ha tomado porque tiene instrucciones”, advirtió Fernández.“No hagamos una psicosis con Moreno. Discutamos los modales de Moreno, pero no discutamos las políticas”, destacó.
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