13 ago 2008

Trabajar sin morir en el intento












Por Emiliano Rajneri


Empleados y empleadores, patrones y trabajadores, propietarios y asalariados; sinónimos interminables de este binomio que viene a representar el funcionamiento básico de una era, en el transcurso de determinado tiempo y espacio. Indudablemente, al ubicarnos en estos dos últimos, la situación se vuelve más compleja. Así pues, Córdoba es escenario de una puja laboral constante, dentro de la cuales se definen claramente varios problemas. El empleo en negro, prácticas profesionales dudosas, sindicalización masiva, impuestos y legislaciones descontextualizadas que no logran aportan un registro fiable de ser problematizado, y muchas otras causas que exigen un análisis pormenorizado.


Trabajar sin pertenecer al sistema

Las condiciones de trabajo en la ciudad de córdoba no son las mejores. Si bien siempre existieron las irregularidades de las leyes laborales, la crisis actual la profundizó más aún.
Actualmente, en la ciudad de córdoba hay un 30 % de empleados que no están registrados, es decir, tienen “empleo en negro”. Las consecuencias de este problema se dan como resultado de ciertas deficiencias entre las partes que intervienen, a saber el estado, las empresas, colectivos de trabajadores y sindicatos.
Por un lado, el responsable de controlar que la sociedad cumpla con las normas es el Estado. También, es el encargado de cumplir con los derechos de ciudadanos. Pero cuando a un Estado le queda grande la sociedad, también son responsables los ciudadanos de la misma, porque son los que no deben dejar que se permita tal hecho.
Pero en un país subdesarrollado parecen ser usuales estos procesos de contratación de empleados. El empleado informal se ve perjudicado por no tener ciertos derechos que le corresponden a cualquier trabajador; como obra social, aportes jubilatorios, ART podemos explicar que es ART y otros beneficios.
Sin embargo, hay muchas personas que prefieren trabajar de esta forma, por distintas razones; una de ellas es porque el dinero que se destinataria a pagar todos los demás beneficios nombrados, es plata de más para el empleado; otro de los motivos es, por la necesidad del trabajo, ya que hay mucha demanda de empleos; y porque suelen ser temporales.
Así lo afirmaron varios entrevistados por este medio. Están cómodos con las tareas que realizan, pero sus sueldos les alcanzan para lo justo y necesario. Además, estos saben que son perjudicados por ciertos derechos que no poseen.
Como nos comento Ana Laura (ver entrevista), quien trabaja como moza de un bar actualmente. Es una de las pocas posibilidades que tiene hoy por hoy. Pero lo acepta porque piensa que es un puesto temporal y además le permite estudiar.

Esto es asi ya que, si bien en el último tiempo hubo un registro en aumento de los empleos en blanco, los valores de “empleados no registrados es una constante”, con lo que se sugiere que no hay un “proceso de conversión de cambio de los actuales empleos en negro”, hacia la registración, según explica un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).

Cuando el trabajo no se reconoce

Como parte de esta masa trabajadora que se ha venido incrementando en los últimos años, se empiezan a desarrollar como colchón a los altos impuestos entre otras razones, las practicas profesionales. Estas consisten en prácticas que “alumnos” de diversas carreras y oficios desarrollan en instituciones, capacitándose y percibiendo a cambio una asignación estimulo, la cual no supera los 900 pesos.
Es importante tener en cuenta que el contexto de creación de ley que las habilito oficialmente, respondía a un proceso neoliberalista, de flexibilización laboral con la economía dolarizada. Este proceso, al que le parecía ir bien, genero diversos tipos de aventuras que tuvieron finales no tan felices, entre ellos la ley 25.165.
Resultan poco comprensibles las condiciones bajo las cuales esta opera. La administración laboral niega su responsabilidad de tomar parte en el asunto, dejándolo en manos de la educación, con lo que empleadores pueden cometer ilícitos sin cumplir con ninguna condena más que económica y de bajo costo.
De esta forma pareció demostrarlo José Luís Yacanto, cuando afirmo que no se puede cumplir una condena por incumplimiento de legislaciones porque ahí se entra en otro sistema de la legislación que no es la nuestra”, explico en tono defensivo el sub secretario de Higiene y Seguridad del Ministerio del Trabajo de Cordoba, Jose Yacanto.

“Nosotros tenemos facultades para controlar la documentación”
, agregó, para verificar el cumplimiento de normativas y para sancionar el incumplimiento de las normas”. De esta forma, las pasantías, que claramente incumplen la ley al considerar a los pasantes trabajadores sin adjudicarles los derechos de tales, son legales.
Es preciso también, hacer hincapié en la función positiva que potencialmente desarrollarían estas nuevas formas de sub empleo. Con ellas, los alumnos realizan trabajos de campo, insertos en una realidad y con medios para modificarla. Es innegable lo valioso de estas experiencias.
Pero esto seria así de existir legislaciones que protejan a los estudiantes que las llevan a cabo. Acorde con ello se encontró Alicia Zanotti, cuando afirmó que “el pasante no tiene obra social, aportes ni sindicato, la ley no lo contempla”, dejando al descubierto una realidad nefasta, la cual aleja a este ejercicio de su objetivo.
Por lo tanto, si estas fuesen legisladas de manera que un pasante cumpla con las condiciones actuales solo por un periodo de prueba y capacitación básica, el pasante y el interesado en sus servicios, podrían exigir mas de sus intereses. Claro que esto representa además de un costo económico, un alto costo político.

Quienes deben proteger

La actividad sindical, sobre todo en tiempos como los que esta viviendo el país, tiene el poder de generar importantes movimientos en el funcionamiento social. Es así como trabajadores de rubros diversos imprimen la actividad social de sectores en que se ven representados, obligando de esta manera, a que el Estado ofrezca soluciones.
En Córdoba, estas organizaciones, sindicales se presentan con algunas variantes. Esto es así porque se dan situaciones completamente opuestas. Por una parte, aquellas empresas que aspiran a evitar la sindicalización, evitando el dialogo sobre ellos. Y por la otra, aquellos sindicatos que obligan al empleador a afiliar si o si a sus trabajadores.
En el primero de los casos, se localizan sobre todo en empresas grandes, mayoritariamente multinacionales, o que trabajan para estas. El caso mas frecuente en nuestra ciudad es el de los call centers, que advierten las pocas posibilidades de éxito en la empresa de afiliarse a uno de estos.
Así lo demostró Paula, cuando afirmó que en el call center donde trabajaba “no te despedían -al hablar sobre sindicatos- pero empiezan a buscarte errores o malentendidos para tener excusas para hacerlo”. También agregó que a ellos “obviamente no les convienen los despidos con indemnización, y menos les conviene un personal que exija concesiones que ellos no están dispuestos a dar”.
Por otra parte, también se puede presentar una situación diferente. Este es el caso de empleados que tienen la obligación de afiliarse, caso contrario se deberá enviar carta documento y realizar tramites y papelerío. Todas estas, trabas que se espera los empleados no tendrán tiempo ni disposición de llevar a cabo, en una resignada afiliación
Así, por la TV podemos ver a sindicatos de médicos, enfermeros, municipales, colectiveros, taxistas, remiseros, etc. Todos ellos defendiendo y exigiendo condiciones acorde a las exigencias del momento. Es por ello que, sus dirigentes suelen tener políticas interesadas, en las cuales solo quieren beneficiarse ellos, obteniendo una buena ubicación política.
Además de esto, como nos explicó Rubén: “antes se daba una afiliación voluntaria, ahora es una adhesión compulsiva”. Por otra parte, profundizó afirmando: “como patrón estoy obligado a inscribirlo y a mantenerle la cuota sindical”, ya que “si no lo hago me lo cobran a mi”.

Oferta devaluada

Otro de los grandes actores en el campo laboral, es el empleador, quienes por lo general desean tener empleados en blanco para no tener problemas, ya sea con las inspecciones de los entes reguladores o con el mismo trabajador.
Pero si hay un gran número de trabajadores informales, es porque alguien los emplea de tal forma. El problema yace en que el dueño quiere obtener mayores ganancias o porque el sistema en el que esta inmerso lo obliga a tomar el camino de la infracción.
En los dos casos hay infracción, pero si el caso es el segundo, el Gobierno tiene que hacer un replanteamiento de la actividad laboral. Uno de los valores a modificar es el impuesto tributario, que quita gran parte de las ganancias de los empleadores, con la cual pueden amortiguar los gastos de los empleados inscriptos.
De esta forma, el empleador haría el mismo gasto o menos y estaría acorde con las legislaciones. El empleado tendría todos sus beneficios correspondientes y el Estado no tendría que preocuparse tanto al respecto ya que en ese caso, la recaudación será mayor por tener más empleados en blanco.
Se ha podido dar cuenta, por lo tanto, que los empleadores, no son el origen del problema. Esto es así ya que, al igual que empleados, luchan día a día para poder llevar a sus hogares el sustento para sus familiares. Las malas condiciones no son solo un asunto del empleado, sino que lo comparten.

Culparas al empleador

Todo parece indicar que en definitiva la responsabilidad debería recaer siempre en manos del Estado. Y mas precisamente en manos de un sector especifico de nuestro sistema democrático representativo. Nuestra experiencia de campo, desemboco finalmente en la administración del Trabajo.
Siguiendo un análisis lógico, partimos desde un nivel inicial, el empleado, desempleado o sub empleado, con o sin herramienta sindical. En un nivel siguiente, se encontrarían quienes ofrecen empleos, empresarios o estatales. Y regulando a toda esta actividad, funcionarios administrativos.
Es así que, al preguntar a Luis Yacanto sobre como puede mejorarse la situación laboral, su respuesta parte de explicarnos lo que se realiza rutinariamente en la institución a la cual el pertenece. Esto nos lleva a deducir que, o no se hace nada, o se considera que con medidas corrientes la situación mejorara.
Caso similar ocurre con el Secretario del Trabajo de Cordoba, Omar Sereno, y por lo que todos sabemos, con la mayoría de los funcionarios que se desempeñan en áreas de conflicto social. Y sobre todo en Cordoba, considerando manifestaciones casi diarias de grupos de trabajadores, de diversos rubros, sobre el espacio publico
Inspeccionando establecimientos industriales y en construcciones, la administración pretende subsanar un estado de cosas que exigen soluciones inmediatas y de coyuntura. Por ejemplo Rubén, propietario de un restobar, nos demostró que no resulta nada complicado tener empleados en negro como lo hizo el durante 15 años y evitar dichas inspecciones.
Nada diferente puede decirse sobre los empleados de la construcción que trabajan sin las necesarias medidas, produciéndose accidentes fatales periódicos. Igualmente sucede con cantidades cada vez mayores de pasantes sub empleados sin fines de capacitación.
Los empleadores alegan que los impuestos son tan altos que el gobierno no les deja alternativa que estas y muchas otras, prohibición de sindicatos, condiciones laborales insalubres, mal trato hacia empleados, por citar solo algunas. Desligándose también de toda responsabilidad en el actual estado de cosas.
Las alternativas son diversas, y poseen muchos ángulos desde donde observarlas. Podría inclusive buscarse soluciones en el mismo sistema sobre el que todos operamos, aduciendo que nuestra democracia se ve insuficiente para regular esta actividad y obtener resultados satisfactorios para cada parte.

Lo cierto es que el actual estado del trabajo Cordobés no ofrece una imagen alentadora, sobre todo para quienes nos estamos insertando en el mercado laboral. No solo eso, sino que representa una actividad que poco se acerca a la utopía que todos alimentamos a lo largo de las experiencias laborales y académicas.



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