16 nov 2009

Agua “cero” en Córdoba

Por Cristian Pérez para el Gen Periodístico






Los avances de la frontera agrícola sojera, los incendios reiterados y la fuerte expansión inmobiliaria abrazan a Córdoba por la espalda, mientras los funcionarios no comprenden como trabajan las cuencas hídricas de la provincia.

Pareciera que Córdoba dejó de ser aquella “isla” que se pregonaba durante la década de los `90 y que se consideraba que ninguna crisis económica o política la afectaría. Hoy, lejos de estar rodeada de agua, se transformó en unos de los más atroces atentados contra la naturaleza. Con unas de las peores crisis hídricas de los últimos tiempos producto del desmonte, la escasa preservación de las cuencas y la falta de inversiones en reservas de agua, hizo que la vegetación serrana posea una endeble resistencia ambiental para poder afrontar la falta de lluvias. Según el biólogo y premio Nobel alternativo, Raúl Montenegro la provincia tenía 12 millones de hectáreas de bosques nativos y unos 4 millones de hectáreas de pastizales pampeanos y sólo quedan 600.000 hectáreas de bosques. Es decir, menos del 5% de zonas que nos brindan una serie de beneficios ecológicos en la preservación del agua y la diversidad biológica. Los bosques son los que normalizan la regulación climática y de suelos depredados por el hombre, siendo la vegetación la que realiza una función de esponja que retiene el agua y alimenta las vertientes para que se tenga agua en esta época del año. Si esto no sucede el agua de la superficie se escurre, erosiona los suelos y se evapora rápidamente. Ocurre que en menos de un siglo Córdoba perdió más del 95% de sus bosques nativos y tiene la tasa más alta de deforestación de Argentina: -2,93% anual para 1998-2002, superior incluso a las tasas de la provincia de Santiago del Estero (-1,18%), de Salta (-0,69%), de Tucumán (-0,68), de Chaco (-0,57%) y de Jujuy (-0,16%). La tasa cordobesa de deforestación supera además la tasa mundial, que es de -0,23% anual, y la de África, -0,78% anual (1999-2000), precisó Raúl Montenegro. En este sentido, el biólogo también responsabilizó a los funcionarios que no supieron proteger las fábricas de agua de las sierras y ahora criminalizan al usuario. También, el arquitecto y miembro de la Coordinadora Córdoba en Defensa del Agua y la Vida (CCDAV), Gustavo Spedale manifestó que es un argumento disparatado culpabilizar a los usuarios acusándolos de consumir 400 litros, cuando más del 75% del consumo solo lo llevan las 5,7 millones de hectáreas del complejo agroindustrial exportador sembradas con monocultivo de soja transgénica durante la campaña 2009 y 2010”.
Cuando se consultó a Marcela Dávila, vocera de la cuestionada empresa Aguas Cordobesas (Grupo Suez-Roggio), prestadora del servicio de agua potable en Córdoba Capital, sobre la responsabilidad de la escasez de agua y de la falta de inversiones en diques de contención, respondió que “los que tienen que dar respuestas es el Gobierno provincial que maneja los recursos hídricos y que la firma solo se hace responsable como prestadora en la responsabilidad con los usuarios”. La empresa, desde el 2008 a la fecha, ha aumentado las tarifas en un 60%. Sin embargo, recibe millonarios subsidios estatales que no se ven reflejados en las reservas de agua y la renovación de cañerías. Las permanentes roturas debido a la falta de inversión hacen que se pierdan millones de litros de agua sin que el estado provincial informe públicamente esta realidad.

La pelea por el agua

“Estamos llegando a una salvaje pelea por el agua y es la policía la que tiene que acompañar a los camiones cisterna para entregarla”, comenta Adrian Cacur, guardaparque de la Reserva Natural del Dique la Quebrada (Río Ceballos). Las escenas se repiten en muchos puntos de la Provincia y se agrava, aún más, en el norte cordobés. Mientras el dique San Roque está ya a 6,69 metros por debajo el vertedero, siendo que de él dependen nada menos que 900.000 habitantes de la zona norte y gran Córdoba. Los diques de la Quebrada y Los Molinos, por otro lado, están a 11 y 7 metros por debajo de su nivel, batiendo el record históricos de mínima.
Sucede que Córdoba tiene un régimen de lluvias centrado en verano y parte del otoño y los ríos suman sólo 90 metros cúbicos de caudal que si lo comparamos con el río Paraná que trae 16.000 metros cúbicos por segundo, nos da una idea de lo exiguo de la cantidad de agua que hay para utilizar en Córdoba.
Mientras los pobladores suplican, rezan y hasta evocan la lluvia. El Estado provincial, principal responsable del agua “cero”, declama soluciones extravagantes y se desliga de sus obligaciones.

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