Por Lázaro Llorens*
Una sola dosis de un medicamento contaminado puede acabar con la vida de un paciente convaleciente. O en el mejor de los casos, generarle una delicada infección al organismo de la cual le costará reponerse. Por esta razón, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), ejerce diariamente un meticuloso control de los medicamentos que se comercializan en todo el territorio argentino, como así también de los laboratorios -privados y estatales- que los producen.
Sin embargo, una denuncia realizada por un ex empleado del Laboratorio Hemoderivados, Casimiro Herrada Acosta, ante la Fiscalía Nº 1 de la Justicia Federal, da cuenta de una serie de graves irregularidades que se estarían cometiendo en la planta de producción de medicamentos genéricos, que depende de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Ampollas contaminadas y dañadas, condiciones edilicias y equipamientos inadecuados, un directivo sin titulo profesional, exceso en los volúmenes de producción, fabricación de medicamentos a altas temperaturas, inadecuada esterilización de los medicamentos, etc., son las principales irregularidades bajo las cuales se estarían produciendo unas 20 monodrogas en el Laboratorio de Hemoderivados, las cuales son vendidas a hospitales públicos de la Provincia y laboratorios privados, según puede leerse en la denuncia.
“Las condiciones en las que se producen los medicamentos genéricos en Hemoderivados son muy irregulares. Para darte una idea, hay personas que no tienen título profesional, otras que no conocen nada sobre medicamentos, y otras incluso, que no tienen el secundario completo”, dispara ante Veintitrés Herrada. Este ex encargado de Producción y Control de calidad sostiene además que por denunciar estos hechos, cuyas consecuencias para la sociedad pueden ser trágicas, fue sutilmente expulsado del Laboratorio de UNC mediante la no renovación del contrato.
Las evidencias
El autor de estas imputaciones, contra uno de los laboratorios públicos más prestigiosos de Argentina y Latinoamérica, que en sus 40 años de vida se trasformó en una piedra en el zapato para la industria farmacéutica, se llama Casimiro Herrada Acosta. Tiene 37 años. Es un ferviente defensor de la salud pública. Egresó de la Universidad Nacional de Córdoba en el 2000 con el título de Licenciado en Química y Farmacia. Trabajó en el área de salud de la Municipalidad. En el marzo del 2003 ingresó a Hemoderivados para trabajar en la nueva planta de genéricos inyectables, que acababa de inaugurar el actual intendente de Córdoba, Daniel Giacomino, por entonces director del Laboratorio de Hemoderivados y lanzado de lleno a su carrera política.
Desde el corazón de Hemoderivados, Herrada dice haber presenciado durante casi cinco años las anómalas condiciones en las que se estarían produciendo los medicamentos inyectables, en la llamada planta de genéricos. Durante ese tiempo recabó documentos, fotografías, grabaciones y filmaciones, que respaldan su denuncia. Estas abultadas pruebas, analizadas por Veintitrés, revelarían que:
- Sebastián Pablo Rivera, actual Jefe de Producción de la Sección Medicamentos Genéricos, no solo no es farmacéutico, profesión que tendría que tener para ocupar ese cargo, sino que además no tienen ningún título universitario. Es un estudiante crónico de Ciencias Químicas, ex militante de Franja Morada. Su última materia rendida fue “Clínica I”, en noviembre del 2002. Fue nombrado en este cargo en el 2003, sin concurso académico; y ratificado en el cargo, nuevamente sin concurso, en el 2008 por la rectora Carolina Scotto.
-En verano o días de calor, el proceso de llenado de los medicamentos se hace con temperaturas que oscilan entre 30 y 38 grados, cuando la temperatura adecuada para evitar la contaminación de la sala y de los medicamentos, es de 19 grados. Esto sucede por que el equipo de frío se comparte con otro sector de producción del laboratorio. El llamado Factor VIII.
-La planta de genéricos está produciendo medicamentos por encima de su capacidad productiva. Fue diseñada para producir un lote de 12 mil ampollas por día. Sin embargo, actualmente, se está produciendo un lote de 36 mil ampollas por día. Un 200% más. Algo para lo que ni el edificio, ni el equipamiento, ni la cantidad de personal resultan adecuados.
- La esterilización de cada lote de 36 mil ampollas, a través del autoclave, y que según la normas del ANMAT deben realizarse en una sola etapa, en el Hemoderivados se realiza en dos. Este procedimiento no está permitido dado que dificulta identificar aquel medicamento que tuviera algún problema. Esta inadecuada práctica manufacturera, sería una consecuencia directa de la sobreproducción a la que se somete la planta. El autoclave tiene una capacidad para esterilizar 12 mil ampollas por lote.
-Documentación de Hemoderivados da cuenta que algunas inspecciones internas aleatorias realizadas al proceso de esterilización de la ampollas, presentaron fallas. Esto quiere decir que, el proceso en el cual se somete a calor a los medicamentos, para eliminar bacterias, no alcanzó a todas las ampollas. Algunas salieron contaminadas con bacterias. Lo cual indica que muchos genéricos pudieron haber sido vendidos en estas condiciones.
-En el proceso de la elaboración de la Ranitidina, una droga fotosensible y termolábil (sensible a la luz y el calor) se la pesa el día anterior a su llenado y se deja hasta el otro día, en un recipiente transparente y expuesto a la luz, hecho que puede alterar la estabilidad de la droga.
-La máquina de llenado de las ampollas es obsoleta. Fue reciclada y puesta en marcha en 2003. Esto hace que las ampollas no sean cerradas adecuadamente, dejando a menudo fisuras o roturas por donde se escapa el medicamento o ingresan bacterias.
-El control de calidad es arcaico. La inspección para ver si las ampollas tienen bacterias, deformaciones o partículas en su interior se hace manualmente. Es decir, un operario revisa ampolla por ampolla, con una luz de fondo. En el mundo, este método no es practicado casi por ningún laboratorio estatal o privado. Existen maquinarias láser que garantizan una riguroso control de calida de las ampollas.
-La documentación de Hemoderivados demuestra que el control de calidad ocular que realizan los operarios del laboratorio tiene resultados muy disímiles. Mientras unos operarios, por la aparición de contaminación, partículas o deformaciones, descartan muchas ampollas. En cambio, otros operarios, analizando el mismo lote productivo, prácticamente no descartan ninguna. Esto quiere decir que, mientras algunos hacen control de calidad, otros hacen la vista gorda.
-Joaquín Guillermo Encarnación, designado sin concurso por la rectora de la Universidad, Carolina Scotto, bajo el cargo de “Agrupamiento Mantenimiento, Producción y Generales” en el Laboratorio, con un sueldo de 3.000 pesos mensuales, no tendría título secundario. Por su parte, Mariano Nicolas Bracamonte, designado también sin concurso por la rectora Scotto, bajo el cargo de “Agrupamiento asistencial” con un sueldo de 3.100 pesos mensuales, tampoco tendría título secundario.
-Por último, la planta de genéricos inyectables del Hemoderivados no está habilitada por el ANMAT para comercializar los genéricos en el territorio argentino. Sólo está habilitada por el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba para comercializar sus productos en suelo cordobés. Sin embargo, el laboratorio vende sus genéricos inyectables a laboratorios privados como Lemax, que a su vez revende y distribuye sus productos a nivel nacional.
Los motivos
Para terminar de entender estas graves denuncias realizadas por el ex empleado Casimiro Herrada, cabe preguntarse, ¿por qué razones, una prestigiosa institución como el Hemoderivados estaría produciendo medicamentos en estas condiciones?
Al respecto, Herrada explica ante Veintitrés que la planta de medicamentos genéricos del Hemoderivados “fue creada por Giacomino con un fin meramente político, reciclando una máquina que estaba en un depósito”. En efecto, con una inversión inicial de 700 mil pesos, la planta fue inaugurada por el actual intendente a fines de 2002, ante la presencia de los barones del radicalismo cordobés, poco antes de las elecciones, en las cuales Giacomino, escoltando a Luís Juez, fue electo viceintendente de Córdoba.
A esto hay que añadir, explica Casimiro Herrada, “que los medicamentos que allí se producen, tienen escaso valor en el mercado, pues lo fabrican cientos de laboratorios. Por eso, como las ventas no alcanzaban a cubrir los costos de producción, las autoridades del Hemoderivados decidieron, con las mismas máquinas, el mismo personal y las mismas instalaciones, aumentar la producción, llevándola de 12 mil a 36 mis ampollas diarias.
Esto repercutió en las condiciones de trabajo y en la calidad de los productos, algo que es muy peligroso por que una ampolla contaminada o con una pelusa, puede ser mortal para un paciente.”
Cabe destacar, que antes de recurrir a los medios, para tratar de hacer público lo que está pasando en el Hemoderivados, Herrada, sintiéndose obligado por el juramento hipocrático que hizo al recibir el título de farmacéutico, transitó todas las instancias previas correspondientes. El 25 de octubre, cuando aun trabajaba en el Laboratorio, le envió una carta al entonces Director Ejecutivo el Dr. Jorge Asef Zarur, denunciando las graves irregularidades con las cuales se estaban produciendo las monodrogas.
Al otro día de efectuar esa denuncia, que motivó la apertura del expediente 0907-20212, Casimiro Herrada tuvo una reunión con la Directora del Hemoderivados, Catalina Massa, que ese mismo día acaba de asumir. En ese encuentro, Casimiro relata que la Dra. Massa, íntima de la rectora Carolina Scotto, en vez de investigar los hechos que él denunciaba, le ofreció trasladarlo a otra área donde “se sintiese más cómodo”. Ante ese ofrecimiento, él le respondió que aceptaba su ofrecimiento, con la única condición de que la gente que estaba en la producción fuese trasladada a otra parte; y se pusiera allí a gente responsable e idónea.
Al no obtener una respuesta favorable en este punto, el 30 de octubre de 2007, sin abogado patrocinante, Casimiro Herrada se presentó en los Tribunales Federales ante la fiscalía Nº 1, donde describió con detalles el cúmulo de irregularidades con las cuales se estaban produciendo los medicamentos genéricos en del Hemoderivados. Al otro día hizo lo propio ante el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba.
Ni la Justicia Federal, ni la Provincia, ni la Universidad Nacional de Córdoba hicieron algo al respecto. Por el contrario, el 28 de diciembre de 2007, poco tiempo después de realizar estas denuncias, y luego haber trabajado como contratado casi cinco años en el Hemoderivados, desde la Universidad se le informó que no se le renovaría el contrato. Fue el único empleado del Laboratorio de Hemoderivados cesanteado ese año. A pesar que, era el único empleado en la planta de genéricos que era licenciado en Farmacia, cuando había y hay operarios sin título secundario.
Mediante un recurso de reconsideración, el farmacéutico trató de revertir esta decisión de la UNC. Sin embargo, la rectora Scotto, mediante dos resoluciones emitidas durante el 2008, las ratificó enteramente. Así quedó fuera del “prestigioso” Laboratorio de Hemoderivados, donde hasta el día de hoy, según Casimiro Herrada, se sigue produciendo medicamentos en las deplorables condiciones narradas. ¿Será Justicia?
*Revista 23 (Edición Córdoba)
Fotografía: Comercio y Justicia
1 comentario:
ME PARECE BARBARO QUE HAYA DENUNCIADO LAS IRREGULARIDADES QUE ENCONTRO,LO UNICO RARO ES QUE SE TARDO 5 AÑOS EN DECIRLA ,ME PARECE CASIMIRO QUE TE CANSASTE DE ESPERAR QUE TE ASCENDIERAN Y COMO NO SUCEDIO ASI TE VENGASTE MAL,SOBRETODO PORQUE TE AGARRASTE CON LOS QUE COMPARTIAS HORAS Y A LOS QUE TRATABAS COMO AMIGOS ,PORQUE ME PARECE QUE TE OLVIDASTE DE LAS VECES QUE COMIAMOS TODOS ESCONDIDOS PORQUE NO SE DEBE HACER...Y TE OLVIDASTE TAMBIEN QUE NO SE COJE DENTRO DEL PREDIO NI MUCHO MENOS CON LAS ESTUDIANTES JAJA.SOS UN RENCOROSO PERO SOBRETODO OLVIDADIZO
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