Por Carla Ortiz
Un grupo de científicos de la Universidad de Florida Central en Estados Unidos han desarrollado un nuevo método para producir etanol a partir de productos de desecho como pueden ser las pieles de naranja y los periódicos. Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista “Plant Biotechnology Journal”.
El método que ha sido desarrollado es más ecológico y más barato que los existentes en la actualidad para los vehículos que circulan con un combustible más limpio y que de este modo, la gasolina se convierta en un combustible secundario. Este nuevo método se puede aplicar a varios productos no alimentarios, productos que incluyen la caña de azúcar, mijo y paja.
La técnica utiliza combinaciones de enzimas derivadas de plantas para lograr la descomposición de las pieles de naranja y otros materiales de desecho y convertilas en azúcar, que más tarde será fermentada en etanol. El almidón de maíz (azúcar) se fermenta y convierte el etanol en etanol derivado de maíz, que en condiciones normales produce más emisiones de gases de efecto invernadero que la gasolina. El etanol que han conseguido desarrollar los científicos produce muchas menos emisiones de gas invernadero que la gasolina o la electricidad.
Los científicos han explicado también que existen un gran número de productos de desecho que podrían utilizarse sin reducir el suministro de alimentos a nivel mundial o subiendo un poco el precio de los alimentos. Sólo en Florida los investigadores señalan que con las pieles de naranja que se desechan se podrían producir 757 millones de litros de etanol al año.Los científicos que realizan investigaciones sobre combustibles biológico han descrito los resultados iniciales como prometedores.
Según el producto de desecho que se emplee, se necesitará una combinación específica de más de 10 enzimas para transformar la biomasa en azúcar y como último paso en etanol. Las pieles de naranja precisan más de la enzima pectinasa, mientras que los desechos, por ejemplo de la madera, requieren más la xilanasa. Todas las enzimas que utilizan los investigadores se encuentran en la naturaleza.
En el laboratorio se emplearon genes de hongos de descomposición de la madera o bacterias y produjeron enzimas en plantas de tabaco. La producción de estas enzimas en el tabaco en vez de versiones sintéticas fabricadas podría reducir el coste de producción en unas mil veces, lo que podría reducir de manera muy importante el coste de la producción de etanol. Los investigadores escogieron el tabaco porque no es un cultivo de alimentos, produce grandes cantidades de energía por acre y además este uso alternativo podría disminuir considerablemente su consumo exclusivo para tabaco.
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