13 dic 2008

La farsa conquistó al mundo

Por Daniel H. Vaca Narvaja

La farsa, finalmente, conquistó el mundo el 4 de Noviembre de 2008. Barack Obama venció a John Mc Cain en la disputa del maquillaje y la pureza para alzarse con el cargo de Presidente de los EE.UU. Mientras tanto, los medios masivos del planeta se encargaban de convencernos de que, realmente, estaba en juego un cargo que podría producir modificaciones a nivel global. El “ganador” Obama, se convirtió de esta manera en el gran triunfador del sistema político norteamericano que, siempre a la zaga del sistema económico, le dió cuerpo y valor, al poder real de los grandes negocios, de los más poderosos entre los poderosos del globo.
¿Será el primer ciudadano negro en ser elegido Presidente, si no el último, el más blanco de todos? Demócrata, preocupado hasta el distrés por convencer a los espectadores/votantes acerca de su (siempre falsa) pureza “moral”, Barack se ha tenido que defender de numerosas “acusaciones”, disímiles todas, pero “piantavotos”. Que había sido musulmán era la más peligrosa. Debió recurrir a mil artefactos para negar dicho pecado. Drogas, sexo, problemas familiares o médicos, affaires, todo puede crear el poder real prensa para convencer al electorado y destruir al infiel.
Uno de los principales indicadores de la dirección a seguir por los diferentes gobiernos norteamericanos, consiste en revisar el presente y pasado de quienes formarán parte del Gabinete que acompañará al Presidente. Recordar si no, el crudo repaso que Michael Moore realizó respecto a los hombres que acompañaron al ex presidente Bush, que reveló las estrechísimas conexiones que dichos colaboradores mantenían con el llamado complejo militar-industrial, las compañías de petróleo y derivados; y en general, con las mayores multinacionales del país. La presunción que se hace en ese sentido, es la de considerar que si, por ejemplo, el Secretario de Ambiente fue anteriormente miembro de la dirigencia de la mayor compañía petrolera de EE.UU, poco futuro tendrá la causa de la lucha contra el calentamiento global.
Es en ese sentido, que el equipo de Seguridad Nacional elegido por Obama preocupa, y mucho. Hagamos un breve repaso.

Hillary Clinton como Secretaria de Estado (el equivalente a un Canciller). La tolerante señora de Bill se pronunció, durante la presidencia de Bush, favorable a las no tan progresistas causas de: la invasión a Iraq, las amenazas a Iran, el apoyo a los ofensivas israelíes de 2006 contra el Líbano y de 2002 contra los territorios ocupados, la oposición contra la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia (que podría juzgar delitos contra la humanidad de ciudadanos de cualquier país, incluidos los criminales de guerra norteamericanos), entre otras.

Robert Gates para continuar como Secretario de Defensa. Este señor ocupó un alto mando de la CIA, durante más de 20 años, y dirigió a la misma durante parte del gobierno de Bush padre. Seguirá en su cargo de Secretario de Defensa que detenta desde el 2006. Es partidario de intensificar la ofensiva en Afganistán y ciertas zonas de Pakistán, de acuerdo con los planes de Barack Obama al respecto. Las malas lenguas dicen también que Gates estuvo involucrado en la provisión de armas de destrucción masiva a Saddam Hussein en los 80´s, en el escándalo de los contras en Irán, y en impulsar la intervención norteamericana en Nicaragua para neutralizar al gobierno sandinista.

James Jones es el asesor de Seguridad Nacional designado por Obama. Comandante Supremo de la Otan durante varios años, forma parte de la mesa directiva (“board”) de Chevron (ex Standard Oil, la compañía que más rico hizo al legendario millonario Rockefeller), compañía que bajo las marcas Chevron y Texaco se dedica a la extracción y refinación de Petróleo y Gas Natural en todo el mundo. Como nota de color a la latinoamericana, cabe mencionar que Texaco está envuelta actualmente en un litigio iniciado por treinta mil pobladores de la Amazonia ecuatoriana que exigen hasta 27 mil millones de dólares por los delitos de contaminación ambiental y de daños a la salud, que incluso llevaron a la muerte a muchos pobladores de las provincias de Orellana y Sucumbíos. Todo esto, sin adentrarnos en la larga historia de abusos, conspiraciones, golpes de Estado e intervencionismos que fogoneó la infame compañía Standard Oil a lo largo y ancho del planeta antes del cambio de nombre, durante décadas.

De los 23 senadores y 133 congresistas que votaron en contra de la guerra en Irak, ni uno solo fue considerado para puestos importantes en el nuevo Gobierno que, en plena campaña, resumió sus propuestas en una sola palabra: “Change” (Cambio). Todo lo contrario, tanto Joe Biden (Vicepresidente) como Rahm Emanuel (Jefe de Gabinete), formaron parte del numeroso grupo de demócratas que autorizaron la cruenta e ilegal invasión, sostenida como recordaremos en el probado engaño de las inexistentes “armas de destrucción masiva”.
Para no extendernos demasiado, dejaremos la revisión de antecedentes del equipo económico del supuesto progresista Obama para próximos artículos. Sin embargo, es interesante transcribir el discurso “a la americana” con el que el futuro Presidente justificó los nombramientos antes descriptos. Dijo así: “… estos hombres y mujeres representan todos aquellos elementos del poder americano dentro de lo mejor del ejemplo americano (sic). Ellos han servido de uniforme y como diplomáticos, han trabajado como legisladores, oficiales para el cumplimiento de la ley, y ejecutivos. Ellos comparten mi pragmatismo respecto al uso de la fuerza y mi propósito sobre el rol de América (sic) como líder mundial.”
A modo de hipótesis, no es imposible entender a Barack Obama como una suerte de formación de compromiso de la política norteamericana, dirigida conciente o inconcientemente a la recuperación de aquellos muchos que comenzaron a descreer del sistema, principalmente por el descalabro innegable que representó la guerra de Irak y los excesos del poder real financiero. Pero está claro que demócratas y republicanos, alejados más o menos en el discurso (según lo que interpreten sus asesores de imagen y politólogos), están siempre unidos en su más visible u oculta servidumbre a los poderes reales económico, mediático y militar. Es quizá esa la causa de que hubiera en ese país incluso presidentes “buen tipo” (los más populares quizá: Kennedy, Jimmy Carter), que empezaron guerras, fogonearon golpes militares y atacaron al resto del mundo de diversas formas. Quizás porque, en los Estados Unidos de Norteamérica, hasta los Presidentes son en realidad meros empleados de alguien.

Bibliografía:
Democracy Now (Amy Goodman) del 02/12/2008
Página Oficial de Chevron (www.chevron.com)
Wikipedia sobre “Chevron”
BBC Mundo del 01/12/2008
Página Oficial de Barack Obama (www.obama.com)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si habrán notado que no hay comentarios en política internacional (dos en un total de siete notas).
Argentina culo del mundo!!! Claro que después nos comemos cualquier farsa.
No puedo dejar de mencionar que faltan mujeres en el staff. Eso significa que falta pluralidad.

Anónimo dijo...

Te queria felicitar Dani por el blog que hicieron. Espero que sea el inicio de una buena carrera. Un abrazo. Diego Ll.