6 oct 2008

NADA ES PARA SIEMPRE…

Por Norberto Ganci
Director de El club de la pluma. Radio UTN

Algunas veces sucede que, despertamos, abrimos una ventana y ¡¡¡oh sorpresa!!!, el paisaje ha cambiado inesperadamente…¿Inesperadamente? Tal vez no nos detuvimos lo suficiente para observar los anuncios que pronosticaban alguna modificación en lo acostumbrado. Tal el comportamiento de la gran mayoría que, sumergida en lo imperioso, lo inmediato, se mueve, nos movemos, apresurada y distraídamente, sin prestar atención a cuanto acontece a nuestro alrededor. Algo recurrente, pero no por ello atinado…
Cuando niños, con los cuentos y relatos "importados", nos acostumbraron a imaginar grandes imperios que, con su poderío, sojuzgaban a poblaciones enteras imponiendo sus designios, sometiendo a los pobladores a situaciones de miseria. Por supuesto que siempre aparecía un "personaje" que, haciendo gala de su valentía y desprendimiento, ponía al servicio de los más necesitados toda su bravura y arrojo…
Si llevamos nuestra mirada por la gran mayoría del planeta, podremos encontrarnos con situaciones sumamente angustiantes, donde la miseria, el hambre, la desolación y el desamparo, son imágenes lastimosamente cotidianas. Las guerras, con sus más variadas mascaradas, han provocado innumerables historias donde el dolor escrito con sangre ha marcado generaciones condenadas a mirar, siempre, un mismo paisaje…No apareció el valiente y desprendido "personaje".
En historia se pueden encontrar muchos casos donde "el imperio", construido en base a genocidios y sometimiento, fue acumulando riquezas y poder, pero…no dura para siempre su esplendor. Invariablemente, cada indeterminado tiempo, "el imperio" se derrumbó. Bizancio, Roma, España, URSS, sólo alguno de los que se han desplomado, arrastrando en su caída todo lo conquistado, lo sometido.
Desde hace décadas, EE.UU. ha experimentado un crecimiento sumamente exponencial, no sin costos para el resto del mundo. En su carrera demencial por el dominio y poder, ha sacrificado a naciones enteras, promoviendo y provocando más y más genocidio disfrazado con distintos argumentos: "defensa del modelo democrático", "ayuda humanitaria", "tropas de paz", "lucha contra el terrorismo", "campaña contra el narcotráfico", etc., etc.
El modelo que ha instalado el "gigante" del norte, ha logrado que un sector importante de sus ciudadanos anhele y goce "el gran sueño americano". Dicho modelo, con algunas variantes, ha pretendido ser instalado en varios países, fundamentalmente en los denominados países del tercer mundo o en vías de desarrollo. Piedritas de colores de otras épocas, vueltas a entregar a cambio de…la vida.
Y ese sueño americano, no ha tenido límites, desde lo armamentístico, pasando por lo financiero, hasta lo espacial ha diversificado y multiplicado su potencial, pretendiendo demostrar al resto del planeta su importancia como rector de la vida y la muerte.
Desde los laboratorios farmacológicos, las automotrices, las industrias alimenticias, los monopolios de información, etc. "el imperio" se ha esmerado en sentar presencia y lograr sumisión.
Bien, ¿y todo esto qué tiene que ver con el tema de los paisajes cambiados y el héroe salvador del principio de la nota?
A pesar de haber contado en su historia "el imperio", con una situación sumamente grave, como lo fue la crisis del '30, no ha cejado un instante en continuar en su derrotero de conquista, dominio y especulación. La historia parece que no fue bien entendida.
A medida que el crecimiento los hacía más y más fuertes, tuvieron que encontrar la manera de ubicar, invertir, especular con las fortunas amasadas y lo producido. Todo, cualquier motivo fue suficiente para lograr la meta: producción de enfermedades nuevas e implantación de epidemias en otro tiempo controladas; generación de situaciones extremas de pobreza; promoción de sectores orientados a lograr escisiones en países emergentes; generación de conflictos entre naciones; etc. Etc.
Para lograr todo esto, invariablemente "el imperio" ha instalado la imagen de "su" héroe benefactor, casi siempre personificado en la figura del ocupante del Salón Oval de la Casa Blanca. Éste, en casi todas sus versiones, ha promovido los cambios paisajísticos de cada individuo, habitante de las naciones sometidas a su merced.
Pero bueno, como la letra de una canción: "…Nada es para siempre…"
Ningún imperio, por más sólido e invencible que se haya sentido, ha podido sostener in eternun su dominio. De una u otra forma, siempre han caído.
Parece ser que, a pesar de la experiencia acumulada, el gigante vuelve a caer, y esta vez de manera contundente, no sin arrastrar a estados aduladores o sometidos en su caída.
Este derrumbamiento del sistema financiero norteamericano, lamentablemente traerá para la región Suramericana una situación muy difícil de predecir en cuanto a su intensidad, pero si desestabilizadora. Y por supuesto que no va a perder la oportunidad, el gigante, de utilizar la coyuntura para exportar su problemática y desequilibrar la región. Graves serán las instancias, aunque espero equivocarme…
No existe sistema que pueda sobrevivir sin experimentar su autodestrucción; capitalismo, comunismo, socialismo, etc. etc. no pueden lograr la eternidad… todo tiene un fin pero también el esbozo de una respuesta al porqué o qué: la ambición personalista desmedida – egoísmo-.
Tal vez en algún tiempo se logre aprender la lección, para no terminar siendo polvo de un derrumbe, para ver con variantes propias el horizonte y siendo nosotros los héroes de nuestra propia historia. Sólo tal vez…que así sea.

Norberto Ganci

Director

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